El cine

El Observatorio Audiovisual Europeo, se queja de la bajada de asistencia a las salas de cine, por parte de los españoles. Por lo que afirman sus datos, la caída de espectadores en las salas es de, en torno, a un 5%; dato sólo superado por Hungría.

Desde todos los ámbitos de la industria audiovisual se empeñan en relacionar esta disminución con el aumento de la piratería y cargar a la segunda con todo el peso de la culpa. Bajo mi punto de vista, estamos en el centro de un círculo vicioso.
¿Por qué? Les explico. Un gran porcentaje de españoles ha perdido su empleo, sin contar con los que no lo teníamos al comienzo de esta crisis, y como consecuencia miles de hogares han visto reducidos sus ingresos hasta límites irrisorios.

Si hay que borrar gastos del cómputo mensual hay algunos que, aunque nos encantaría, no se pueden dejar de abonar. A saber: hipoteca, luz, agua, gas, comida, colegios, uniformes, libros,... Afortunadamente hay otros que sí se pueden eliminar o al menos reducirlos hasta su mínima expresión, y entre estos últimos el rey es el ocio.

Dentro del ocio hay multitud de variables: cafés, comidas en restaurantes, cenas sociales, salidas nocturnas, y por supuesto, el cine.

Debido a esta decisión de eliminar de su vida el importe a gastar en el consumo de películas en el cine (junto con todo el paquete promocional llamado ocio), o simplemente por un afán lucrativo, el precio para ver una película en una butaca de una sala se ha incrementado tanto que hay gente que, realmente, no se lo puede permitir. Es por ello por lo que entramos en el círculo vicioso: películas, cine, precio, piratería.

Es decir, queremos ver las ultímas novedades cinematográficas, pero no podemos permitirnos el precio de la entrada, o no queremos gastarnos ese dinero en ello, así que nos descargamos la película por Internet para no ser los únicos que no la han visto (y, en consecuencia no poder hablar de ella en las reuniones sociales). La industria cinematográfica observa esa bajada de audiencia en los cines y decide aumentar el precio de la entrada para que siga siendo una industria rentable.

Craso error. Con eso sólo consiguen continuar con la cadena de no asistencia que estamos viviendo. Piensen una solución mejor antes de que tengamos que explicarles a las futuras generaciones lo que era un cine.

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