Dinero
Todos soñamos con que algún día nos tocará en algún juego de azar ese pellizquito que, aunque no nos saque de pobres, nos hará la vida más fácil. Cierto es que trabajando es difícil hacerse millonario pero en este mundo hay personas que saben cómo amasar pequeñas o grandes fortunas trabajando o sin hacerlo.
Desde siempre, las personas que estaban en la cumbre económica habían pasado su vida trabajando para consolidar un imperio que le reportara escandalosos beneficios y del que pudieran aprovecharse sus descendientes sin dar un palo al agua. Pero hoy, haciendo mi repaso diario a la información de actualidad del día, he descubierto que la ley del mínimo esfuerzo funciona tan bien que incluso se ha convertido en un modo de hacer dinero.
Diganme, si no, cómo puede ser que una persona gane 11.ooo euros en un mes y medio, pasándose 23 horas diarias acostado en una cama sin hacer otra cosa que fosilizarse entre las sábanas. Pues aunque parezca increible es real como la vida misma.
La persona de la que les hablo tiene nombre y apellidos, Yde van Deutekom, estudia ingeniería y tiene sólo 22 años. Su página se llama "El rico durmiente", un nombre nada original teniendo en cuenta que incluso come en la cama y sólo se levanta de ella una hora al día para ir a orinar.
Parece absurdo pero este tipo de extraños reality shows caseros es lo que vende hoy día, hasta el punto de que anunciantes de la talla de Lego o Fujitsu han insertado publicidad en su página abonando los correspondientes costes.
No es el único ser en el mundo que ha hecho de Internet un negocio, eso está claro, pero me parece que en el cyberespacio, al igual que en la vida debería primar menos el continente. Somos una sociedad audiovisual por excelencia que nos dejamos seducir por la espectacularidad de una buena puesta en escena, pero nos perdemos en cuanto el contenido se hace espeso o con demasiado trasfondo.
Desde aquí mi más sincera enhorabuena al "Rico durmiente" por descubrir las carencias de nuestro mundo y sacar provecho económico de ellas.
Desde siempre, las personas que estaban en la cumbre económica habían pasado su vida trabajando para consolidar un imperio que le reportara escandalosos beneficios y del que pudieran aprovecharse sus descendientes sin dar un palo al agua. Pero hoy, haciendo mi repaso diario a la información de actualidad del día, he descubierto que la ley del mínimo esfuerzo funciona tan bien que incluso se ha convertido en un modo de hacer dinero.
Diganme, si no, cómo puede ser que una persona gane 11.ooo euros en un mes y medio, pasándose 23 horas diarias acostado en una cama sin hacer otra cosa que fosilizarse entre las sábanas. Pues aunque parezca increible es real como la vida misma.
La persona de la que les hablo tiene nombre y apellidos, Yde van Deutekom, estudia ingeniería y tiene sólo 22 años. Su página se llama "El rico durmiente", un nombre nada original teniendo en cuenta que incluso come en la cama y sólo se levanta de ella una hora al día para ir a orinar.
Parece absurdo pero este tipo de extraños reality shows caseros es lo que vende hoy día, hasta el punto de que anunciantes de la talla de Lego o Fujitsu han insertado publicidad en su página abonando los correspondientes costes.
No es el único ser en el mundo que ha hecho de Internet un negocio, eso está claro, pero me parece que en el cyberespacio, al igual que en la vida debería primar menos el continente. Somos una sociedad audiovisual por excelencia que nos dejamos seducir por la espectacularidad de una buena puesta en escena, pero nos perdemos en cuanto el contenido se hace espeso o con demasiado trasfondo.
Desde aquí mi más sincera enhorabuena al "Rico durmiente" por descubrir las carencias de nuestro mundo y sacar provecho económico de ellas.
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