Echo de menos tu muchedad



"No eres la misma de la otra vez. Eras mucho mas, muchísimo, te falta tu muchedad."


El sombrerero es quién, en su cuerda locura, pone de manifiesto esa característica que hacía que Alicia fuera Alicia. Me encanta esta frase y me enamora el término "muchedad", por lo mucho que dice en tan poco. Sobre todo, me parece increíble lo bien que encaja en la idea que tengo sobre la Marca Personal.

Has oído hablar mil veces sobre la importancia de la marca personal en el entorno profesional. Existen grandes referentes a este respecto, con su propia definición sobre este concepto y el modo en el que gestionarlo. Yo no soy un referente, ni una autoridad. Sin embargo, siempre he considerado que hay que conocer muy a fondo algo para poder empezar a trabajarlo, y la marca personal no es una excepción.

Después de leer todo lo posible sobre el tema y seguir a las voces más autorizadas, debo reconocer que no tengo una definición clara y concisa sobre lo que la marca personal es para mí. Pero una cosa tengo cristalinamente anclada en mi mente y es que la marca personal va sobre todo de muchedad.

Hay miles de "Alicias" en el mundo, miles de "Cristinas", miles de "Sergios", "Celias" y "Josés". Pero de ti no hay copias. Eres único y lo eres por esa esencia que habita en ti, que es únicamente tuya, con la que naciste, con la que creciste.

La muchedad es ser mucho, es ser todo lo que podrías llegar a ser si te permitieras serlo. Es ser un tú completo y no un casi-tú. Perder tu muchedad, es perder esa parte de ti mismo que tiraba hacia delante, hacia la existencia que soñabas. Esa que te permitía cerrar los ojos y soñar con otros cielos. El trocito de tu alma que nunca susurraba un "no puedes".

[bctt tweet="Si la marca personal es ponerte en valor, tu muchedad es el mejor modo de hacerlo y es lo que te hará triunfar. #RRHH #InteligenciaEmocional #MarcaPersonal #Muchedad" username="CrisBallesterM"]

Has crecido y madurado y los cuentos de hadas ya no tienen cabida en tu mente adulta. Dejaste de creer hace años, pero no te pido que vuelvas a creer en princesas dormilonas, ni en héroes en mallas. No te pido que dejes de lado la lógica ni el raciocinio. Ni siquiera espero que seas capaz de ver la magia que habita en todas partes. Al menos no de momento.

Por hoy sólo te pido es que vuelvas a creer en ti, que recuperes esa parte de tu interior que los años te han hecho enterrar en un lugar oscuro y recóndito de tu alma. Ese trocito de tu esencia que grita y pugna por salir, pero no puede superar los kilos de responsabilidades, preocupaciones y problemas que le has ido echando encima con el paso del tiempo. Además de creerlo, te pido que lo enseñes, que inundes el mundo de tu muchedad, de tu esencia pura, sin adulterar. Así en frío o en caliente, en taza o en vaso, en tu blog, en tus redes sociales, en tu trabajo diario o dónde quieras. No importa.

No crees en los milagros y es sólo porque no puedes ver que tú eres uno de ellos. Eres especial, y me da igual que lo creas o no. Lo eres desde tu nacimiento, desde la primera vez que abriste los ojos al mundo. Ese instante, ese momento te hizo único.

Cada una de las vivencias que han construido tu vida, cada paso que has recorrido, cada batalla en la que has salido victorioso y cada derrota con la que te has venido abajo, son parte de ti. Todas las personas que has conocido, los lugares que has visitado, los trabajos que has realizado, los abrazos que has dado, los besos que te han hecho suspirar, conforman tu ser.

Tu muchedad te hará triunfar


Tu muchedad es tuya, es única y es irremplazable. Si la marca personal es ponerte en valor, tu muchedad es el mejor modo de hacerlo  y es lo que te hará triunfar. El mundo está lleno de copias, de calcos de otras almas. Pero tú, tienes la oportunidad de ser genuino, porque ya naciste siéndolo. Sólo tienes que escarbar en tu interior para encontrarte de nuevo, porque si no lo haces, serás sólo la sombra de quien podrías ser. Un humano más en un mundo de humanos comunes que se arrastran por la tierra del nacimiento a la muerte, sin aspiraciones, ni sueños. Una persona entre las miles de personas que creyeron las mismas historias que tú, que se fueron perdiendo a sí mismos para convertirse en lo que otros les dijeron que debían ser.

Sé que te han enseñado a tener sueños humildes, modestos, a no aspirar a demasiado. Te dijeron que si fracasas en un gran objetivo, la frustración será insuperable y que es mejor tener metas pequeñas que sean realizables.

Pero, ¿qué pasaría si, por una vez, sólo por una, te permitieras soñar a lo grande? Soñar en pantalla de cine, 3D, con mil colores, sin límites ni realidades contra las que chocarte. ¿Qué ocurriría si te apartases del mundo y escuchases únicamente tu propia voz? ¿Harías lo mismo que estás haciendo hoy si supieras que puedes elegir lo que deseas y alcanzarlo?

Si la respuesta es sí, enhorabuena, tu muchedad sigue latiendo fuerte y alto dentro de ti. Pero si la respuesta es no, o mil cambios han venido a tu mente de un plumazo, vuelve a ti. Recupérate.

Ya que tienes que enfrentarte a la vida, a las dificultades y a los sinsabores, hazlo siendo tú. Todo se consigue más fácilmente si luchas con tus propios ropajes y tus propias normas.

Vuelve a desear comerte la vida a bocados, respirar como si tus pulmones no tuvieran límites, reírte sin importar quién te mire, bailar bajo la lluvia, correr bajo el sol. Atrévete a celebrar tu no cumpleaños o a festejar la hora del té, a bañarte en el agua helada del mar, a decir sí, a decir no, a besar, a amar, a leer, a escribir, a hacer lo que sea que ames, a disfrutar cada segundo.

No pases por la vida siendo un casi-tú. Sé tú, porque no hay nada más complicado que mantener la farsa siendo un clon, una sombra de lo que podrías ser. El mundo necesita marcas auténticas, vibrantes, deseosas de avanzar. Ganarás confianza y oportunidades si recoges tu muchedad, la moldeas, la explotas y la mejoras.  Necesitas volver a quererte, aceptarte y potenciarte, porque te vas a hacer falta y yo...

Yo echo de menos tu muchedad.

Comentarios

  1. Yo también echo de menos más muchedad en el mundo :D me ha encantado tu asociación de marca con mi querida Alicia.
    Pues sí compañera, hay tanta clonación que a veces aburre,...y es curioso porque a la vez todo el mundo quiere ser exclusivo/"el único" pero a la vez todo el mundo se copia ¿? paradojas de la vida ;) . Es triste como la personalidad individual acaba anulada, diluida, perdida, lobotomizada, censurada por otros y autocensurada, enterrada, soterrada, pisoteada...Si nos despistamos, efectivamente, nos quitan hasta las ganas de soñar, los sueños... la capacidad de imaginar. Y sí, hay tanta alienación y tanta falta de personalidad que las calles están repletas de esos walking deads... zombies, personas muertas en vida, cuerpos sin vida,...más supervivientes que vivientes, personas sin per-so-na-lidad ¿? otra paradoja de la vida.
    Y yo... pues yo intento ser simplemente yo :/ ...curiosamente siempre, desde muy pequeña, me ha pasado que si tooooooodoooo el mundo va por el mismo camino, rápidamente sospecho :D ya sé que tienen "el coco comío" ;) y sé que por ahí probablemente no es mi camino (estoy pensando por ej. en la publicidad, en los influencers,... en el efecto manada, en la moda......)... por suerte siempre he sido muy coherente a mi misma y muy fiel, y aunque a veces me desoriento ;) rápidamente me chuchurro, saltan mis alarmas, mi esencia se revela y retomo mi camino :D cada uno tiene su propio Norte . Fantástico post compañera, me ha encantado. Te dejo por aquí un abrazo lleno de energía para comenzar la semana.

    ResponderEliminar
  2. ¡Muy buen artículo! No había pensado en este concepto con el término de muchedad, pero después de leerte me parece que es lo que mejor le puede venir a tu marca personal laboral y vital. O damos nuestro 100% en todo lo que hacemos, o no vamos a poder conseguir todo lo que podemos alcanzar. ¡Un abrazo muy grande!

    ResponderEliminar
  3. Cristina Ballester Martínez12 de febrero de 2018, 14:27

    Me alegra mucho que te haya gustado mi relación entre la muchedad y la marca personal. Y mil gracias por comentarlo!! Un besote

    ResponderEliminar
  4. Cristina Ballester Martínez12 de febrero de 2018, 14:29

    Toda la razón Cristina. En la búsqueda de la originalidad, muchas personas acaban cayendo en la copia de quienes han tenido éxito, sin darse cuenta de que si fueran ellos mismos tendrían más posibilidades de triunfar. Dejar de lado quienes somos para convertirnos en lo que creemos que debemos ser es un error que a la larga sale muy caro.

    Un abrazo enorme y que tengas una estupenda semana!

    ResponderEliminar
  5. Me ha encantado en este concepto y justo da en el clavo con una idea que vengo trabajando esta semana sobre "rescatar a nuestro niño interior", y que sería eso que en mi opinión conforma mi muchedad. Eso que nos recuerda que somos seres únicos, inigualables, irrepetibles y que como nosotros no ha existido ni existirá otro igual. Yo no creo que se trate de ser originales, eso de volverse un circo ambulante en el nombre de la originalidad es una moda que tiene a más de uno en crisis. Para mi se trata simplemente de ser genuinos y expresar la esencia de lo que somos tal como es. Si esa esencia viene cargada de música, baile, y una risa despampanante o está cargada de calma, de reflexión y poesía, hermoso! Y si es una mezcla de todo lo raro que hay en el mundo, no pasa nada, todo lo que nos diferencia desde la naturalidad es una perla.

    Excelente artículo!
    Un abrazo enorme :D

    ResponderEliminar
  6. Cristina Ballester Martínez15 de febrero de 2018, 12:55

    Gracias Salvador! Al final se trata de coger lo mejor de nosotros, lo bueno que nos diferencia, potenciarlo y llevarlo por bandera. Y trabajar en lo menos bueno para hacerlo también una fortaleza. Pero siempre sin perder nuestra esencia, nuestra muchedad!
    Gracias por comentar. Un abrazo!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario