Elevator pitch


¿Quién eres? ¿A qué te dedicas? Seguramente las respuestas te han venido automáticamente a la mente. Este es tu nombre, tu edad, tu lugar de nacimiento. Eres arquitecto o informático, quizás artista.

Palabras vacías. Estereotipos. Etiquetas, otra vez.

A estas alturas del camino, habrás oído hablar mil veces del elevator pitch. Pero, por si no es así, te cuento que se trata de concentrar en el período más corto de tiempo (lo que tarda un ascensor en llevarte a tu piso) aquello que hace que el que te escucha te quiera contratar o comprar tu producto.

Piénsalo. ¿Le comprarías a alguien que durante unos dos minutos te cuenta sus títulos, sus certificaciones, su nombre y su edad? Yo no.

¿Por qué? Porque todo eso no despierta nada en mí. Son etiquetas que esa persona se coloca, que pueden significar algo para mí o absolutamente nada.

Si acudo a un evento y conozco a una persona en un stand en el que vende vino, no quiero que me explique que estudió ingeniería y después se decantó por la bioquímica. Lo que busco es que me cuente la historia de cómo creó ese vino, que le brillen los ojos, que me haga vibrar tanto que no pueda irme de allí sin querer probarlo.

Me llevaré una botella, o tres, y con ella la sensación de que tener a esa persona cerca me va a sumar. Porque si voy a confiar en alguien, lo haré siempre mucho más en quién me transmita la pasión por lo que hace.

Los títulos académicos están bien, mejor que bien, son la base sobre la que sostener muchos otros conocimientos. Es lo que nos enseña a aprender, a preparar la mente para los desafíos a los que nos enfrentaremos de por vida.

Pero si únicamente te defines por ellos, ¿qué te diferencia del resto de personas que tienen en sus paredes el mismo título que tú?

En la carrera nos marcaban claramente las cinco preguntas básicas para cualquier historia. Siempre las mismas, ¿qué? ¿quién? ¿cuándo? ¿dónde? y ¿por qué?. Siempre al principio. Cuánto antes, mejor. Deja claro la esencia desde el comienzo.

Con los años descubres que cada historia es mucho más que cinco preguntas en un papel, mucho más de lo que puede anticiparse en el primer párrafo. Sin embargo, el elevator pitch es volver a ese mandato, es colocar lo vital al inicio. Es concentrar tu esencia y dársela a probar al receptor para que quiera saber más, para que no quiera irse sin descubrir qué más tienes para él.

Es crear expectativa, deseo. Es tener claro que yo no soy más que una periodista más, en un planeta regado de periodistas mucho mejores que yo. Con más experiencia, más kilometraje, más idiomas y conocimientos de mil cosas de los que yo carezco.

Pero, sabiéndolo, tengo que fijarme en aquello que me hace única. Soy una periodista más, pero nadie sabe como yo captar la esencia humana y transformarla en palabras.

Soy una periodista más, pero mis conocimientos y mi experiencia en la gestión de talento me hacen diferente al resto.

Soy una periodista más, sólo que… no lo soy.

Hay mil competencias en mí que nadie más tiene y es ahí donde está mi fuerza, donde está mi punto ganador, ese que es capaz de dar la vuelta al marcador en un segundo.

Descubre tu punto ganador

¿Crees que no hay nada en ti que te haga único? Entonces hay una pata en tu gestión que cojea. Porque todo en ti ya lo es. Quizás sea porque estudiaste medicina, pero además te encantan las plantas y conoces cada remedio ancestral que puebla la tierra.

Puede que seas experto en estadística y tan amante de los juegos que eres capaz de anticipar casi con total exactitud los triunfos.

O puede que tengas una formación totalmente distinta de tu pasión. En ese caso, eres aún más especial.

Imagina que te encanta viajar, conocer otras culturas, probar miles de platos, mezclarte con cada pueblo que visitas; y además estudiaste arquitectura. ¿Es posible que tu pasión aumente la fuerza de tu profesión? La respuesta es siempre sí.

Me da igual qué carrera hayas elegido, qué sea lo que hace volar tu alma. Cada una de las actividades a las que recurres para evadirte, cada una de las elecciones que haces en tu tiempo libre, te regala algo que de otro modo nunca conseguirías: capacidades.

Unas te harán desarrollar la competitividad y el sacrificio, otras la empatía, otras te abrirán la mente o el alma. Sea como fuere, dejar esos aprendizajes fuera de tu elevator pitch es traicionar a la parte de ti mismo que los ama tanto como para volver a ellos siempre que puedes.

Tu esencia habita en aquello que te hace vibrar por encima de todo, y aunque creas que no tiene importancia para tu carrera profesional, la realidad es que es su parte más vital. Es aquello que convierte todo lo que tocas en algo que sólo tú puedes hacer. Es lo que hará que te elijan a ti y no a otras personas.

Reducirte a esas palabras aprendidas automáticamente es perder una oportunidad que nunca volverá. Y además denigra tu grandeza, porque tú no eres eso. O sí, lo eres. Sólo que eres muchísimo más.

No lo hagas. No te limites. Usa eso que te hace especial, exprímelo, únelo a tu esencia, dale el papel protagonista.

Quién te escucha quiere que le enamores, que le conquistes, que le muestres ese carácter que hará que no te olvide. O lo que es mejor, que te recuerde cuando necesite de alguien como tú. Grabarte en la memoria de las personas es una tarea complicada, pero si conectas con su alma nada podrá borrarte.

Porque si  nos cruzamos en un viaje en ascensor y me hablas del tiempo o si te encuentro en una curva del camino y me enumeras tus etiquetas, seguramente no volveré a recordarte y no serás para mí más que una persona con la que un día coincidí y olvidé.

Pero si me cuentas lo que amas, me vendes tu proyecto, me contagias de esa energía que te recorre la espina dorsal cuando hablas de lo que te hace vibrar. Si me narras experiencias vitales de éxito, si me transmites confianza, ilusión y ganas. Si logras todo eso en dos minutos, te habrás vuelto eterno para mí.

Así que dime, ¿quién eres? y ¿a qué te dedicas?

Comentarios

  1. Me encanta, amiga.
    Gran artículo!

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  2. Marcando nuestra esencia. Me flipaaaaa, Cris!!!

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  3. Yo me dedico a ser gamberramente feliz con lo que hago ��...¿y tú?

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  4. Me alegra que te haya gustado y muchas gracias por comentarlo!

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  5. Increíble, me encantó, has logrado trasmitirme lo que otros han intentado y no han conseguido. Tienes una suscritora más! 💕

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    Respuestas
    1. Estamos interiorizados con muchos estereotipos que nos olvidamos de lo esencial y nos hace diferentes y por lo cual debemos seguir formandonos. Me encanto qué nos hace únicos e irrepetibles. Un saludo

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    2. Muchas gracias María Jesús. Por leerme y por comentar. Un beso

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