La vida sin musas


Seguro que te ha pasado. Ya tengas un blog, o seas diseñador, escritor o te dediques a cualquier tarea creativa.

A veces ocurre. Te pautas unas fechas, una periodicidad para crear y, de repente, te das cuenta de que no puedes cumplirlo.

Te sientas a escribir, el ordenador a punto, la habitación tranquila y entonces ocurre. Absolutamente nada.

Las musas te abandonan y te ves incapaz de comenzar a teclear.

El tiempo corre y ves que llegas a la fecha de publicación sin nada entre las manos.

Puede que rasques alguna idea aquí, otra allí, pero tu exigencia las descarta. No son suficientemente buenas, no van a posicionar bien, no gustarán.

Y entonces haces lo que hace todo el mundo en esta era de Internet y RRSS: recurrir a Google.

Es en ese momento, mientras observas cómo el cursor parpadea, cuando preguntas al oráculo al que le has otorgado todo el poder, qué temas tratar cuando se han esfumado las ideas.

Google responde. Siempre lo hace. Y aparecen un montón de resultados con soluciones milagrosas que, casi siempre, son completamente inútiles.

Pasea por la calle, observa el mundo, lee, intenta salir del estado de bloqueo.

Quizás otras personas no, pero eso yo lo hago a diario y sigo encontrándome con el famoso "writer's Block" de vez en cuando.

Tengo mis bazas. Grabo en mi memoria situaciones de mi vida diaria, me instruyo todo lo que puedo, me mantengo atada a la situación mundial, utilizo un bloc donde apunto ideas siempre que aparecen, para tirar de ellas cuando la temida hoja en blanco haga acto de presencia.

Así y todo, nada evita que el bloqueo llegue. Porque muchas veces no es el momento de tocar ciertos temas, no vibran con nosotros hoy o sentimos que debemos dedicarles el tiempo necesario para crear algo de calidad excelente.

Con los años he aprendido varias cosas. Entre ellas que bloquearme no es el fin del mundo. No se trata de que haya perdido mi creatividad, es un indicador de que he aumentado mi exigencia.

A veces una simple imagen me inspira un tema, otras ni todas las musas del mundo bailando a mi alrededor son capaces de desbloquear mi mente. Las ideas llegan y las deshecho una tras otra en pos de la quinta esencia de la creatividad, que no siempre existe.

Me ocurre que mi cabeza está tan centrada en tantas otras miles de cosas, situaciones o complicaciones que no es mi momento de escribir. O al menos no de hacerlo como creo que debo.

Por eso, cuando el bloqueo llega, me respeto lo suficiente como para no forzarme.

Me marco un calendario, unos plazos y trato de cumplirlos aunque se base únicamente en la autoexigencia.

Pero también he aprendido que el mundo no se para si mi post no llega, que no soy tan importante como para que otras personas esperen ansiosas mi escrito, o les cree un trauma no recibirlo.

Al quitarme esa presión he observado que mis bloqueos son cada vez menos frecuentes.

Acepto que no siempre escribiré con la misma calidad. Asumo que habrá temas que encanten y otros que pasen desapercibidos. Es parte de la vida y acato esa norma.

He descubierto que la belleza surge cuando no fuerzo las máquinas, cuando dejó fluir mi creatividad sin atarla a un estricto calendario.

Sólo puedo escribir desde la verdad, desde el alma, desde las entrañas. Y si no es así, no lo quiero.

Confío lo suficiente en mi intuición para obedecerla cuando grita que no es el momento, porque es en mi alma donde habita mi creatividad.

Puedes encontrar millones de consejos en Internet para escribir, pero quizás todo sea tan sencillo como no hacerlo cuando las señales de la vida te indiquen que no es el momento.

Así de simple, asumir que la vida sin musas también es vida y que a veces es mejor aceptar, que luchar.

Y tú  ¿cómo actúas ante un bloqueo creativo?

Comentarios

  1. Yo creo que no hay que autoobligarse y forzarse a escribir. No sé si planificar un calendario estricto de publicaciones es buena idea. A veces apetece escribir y a veces no. A veces surge la inspiración y otras nos parece que no tenemos nada que contar. Yo también tomo notas y apuntes cuando me surgen ideas, pero no siempre, y da rabia porque luego se disipan y no las recuerdas. Creo que eso es importante, al igual que leer mucho. Un abrazo!

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    1. A veces nos colocamos exigencias que en vez de ayudarnos se convierten en un lastre. Suele ser mejor soltar. Muchas gracias por comentar!!!

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