¿Estudias o te engañan?

Como todos ustedes saben, estoy completamente sensibilizada con la problemática con la que nos chocamos (creo que no hay una palabra que lo defina mejor) los jóvenes a la hora de encontrar un puesto de trabajo. Mi caso es uno de tantos otros en los que las personas se pasan años estudiando, para acabar trabajando en cualquier trabajo que no necesita cualificación.









Esta mañana he podido leer en un diario algo que ya sabía yo y todo el resto de la población, pero de lo que el periódico se ha dado cuenta hoy. Este dato es que, y cito textualmente, "España bate el récord de titulados sin un trabajo acorde a su nivel". ¿Qué quiere decir eso? Pues muy fácil, que la gran mayoría de los licenciados acabamos sucumbiendo a la necesidad de dinero frente al interés de trabajar de lo 'nuestro'. Teleoperadores, dependientes, reponedores, son empleos en teoría fáciles de conseguir y que valen para 'ganar un dinerillo', pero que a largo plazo acaban por quemar a la persona que los realiza, si continúa esperando la gran oportunidad de triunfar en su campo.





Además de costarnos más que al resto de los europeos encontrar un empleo de lo nuestro, de habernos gastado un dineral en unos estudios universitarios para salir a una sociedad que no puede absorver a todos los licenciados, hoy también despierto con la 'buena nueva' de que "las jóvenes licenciadas ganamos casi como ellos". Graciosos que El País lo considere una buena noticia, teniendo en cuenta el 'casi' intercalado en la frase como matiz doloroso.





Nunca entenderé que una persona que realiza el mismo trabajo que otra cobre menos, independientemente de su sexo, edad, religión o condición social. Es por eso que no puedo comprender cómo se puede considerar una noticia excepcional que las licenciadas españolas cobremos el 76% del sueldo de un hombre, cuando seguimos sin percibir el 24% restante.





Eso sí, denme un empleo de lo 'mío' cobrando un 24% menos que los hombres de mi alrededor, ya que visto como está el patio, no es tiempo de exigencias. ¿No creen?

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