Preso de tu miedo



Esta historia es la mía, la tuya, la de cualquier persona que haya pisado la faz de la tierra. Es una historia con un protagonista y aunque deberías ser tú, no lo eres. En un momento de tu sendero decidiste ceder el papel principal a otro elemento que se ha colado en tus días. Un espontáneo de cinco letras. Sólo cinco y en ellas se condensan tantas emociones que se te hace casi imposible gestionarlas. Miedo.

El miedo es un mecanismo de defensa anclado en nuestra memoria genética, tan enraizado en nuestro subconsciente que resulta casi imposible desactivarlo. Llevas años alimentando los temores que te han hecho encerrarte en tu botella de cristal. Miedo al fracaso, a lo desconocido, miedo a decidir. Y así vives, observando el mundo desde la vitrina que te has construido para que nada pueda herirte. 

Negativas y fracasos te han convencido de que únicamente estás a salvo y seguro en ese espacio ínfimo en el que te permites vivir. De lo que no te das cuenta es que tu refugio es también tu freno. No te permite crecer, se queda pequeño para tus expectativas, para tus sueños, para la realidad que quieres construir.

Te han enseñado a exigirte, a ser el mejor, a sonreír aunque no lo sientas. Te han contado la historia de que hay que callar lo malo y gritar lo bueno a los cuatro vientos.

Pero tú no puedes gritar. No tienes voz, ni hay quién te escuche encerrado tras tus miedos, esos que has convertido en tu trinchera, en tu excusa para no arriesgarte. Y aún sabiendo que no es dónde quieres estar, un miedo más, el temor al cambio, te hace mantenerte en ese estado perenne de quietud.

Surfeamos la ola de la interconectividad, del contacto continuo y aún así vivimos tremendamente solos en nuestros temores. El error se considera una lacra, un secreto que hay que esconder en un cofre, bajo mil llaves y tirarlo al fondo del mar. Que nadie lo sepa, que nadie lo cuente.

Contarlo es asumir una vulnerabilidad que no nos permitimos. Y, así, los miedos se hacen grandes, mientras tú eres cada día más pequeñito dentro de esa urna en la que un día decidiste esconderte.

[bctt tweet="El miedo es una rueda incansable, de movimiento continuo. Cuánto más miedo sientas hoy, más tendrás mañana. #Miedo #Emociones #RRHH #InteligenciaEmocional" username="CrisBallesterM"]

Has dejado de ser el escritor de tu propia historia. No eres feliz, te sientes solo y dejas que la marea sea la que guíe tu destino, porque se te ha hecho más sencillo aceptar que elegir. Surcas las olas de la existencia en tu botella de cristal, en la soledad que te has autoimpuesto. Bebes del miedo, te alimentas de él, porque es lo único que puedes consumir mientras navegas a la deriva en un bote condenado a naufragar. Olvidaste, en algún paso del camino, que llegaste a este mundo para volar, para ser libre y disfrutar de cada segundo.

Te convenciste de que tener miedo es normal y que enfrentarlo es imposible. Elegiste huir en vez de combatir, creyendo que así todo sería más fácil. Pero déjame contarte que el miedo es una rueda incansable, de movimiento continuo. Cuánto más miedo sientas hoy, más tendrás mañana. Cuántas más situaciones te asusten hoy, más incapacitado te sentirás cada vez para afrontar nuevas oportunidades. Y llegará el momento en el que sientas miedo de llegar a sentir miedo.

Son muchas más las excusas, basadas en miedos anclados en lo más profundo de tu subconsciente, las que te frenan, que carencias reales. Piensas que ese trabajo es demasiado para ti, que está demasiado lejos, demasiado cerca, es demasiado sueldo o demasiadas responsabilidades. No existe el demasiado cuando lo pintas como un reto a superar, en vez de como un motivo para no intentarlo.

Si cada día te regalan un cheque con 24 horas para invertirlas como quieras, ¿de verdad quieres pasarlas parapetado detrás de tu miedo, en vez de aprovecharlas al máximo? El miedo te paraliza, te ancla al suelo y tú, que naciste para volar, vives encerrado impidiéndote crecer.

Por eso te pido, que te enfrentes a tus miedos. Reconócelos, admítelos, mírales a los ojos y diles que se acabó. Sólo enfrentarlos y decidir que son un reto a batir, te hará libre. Rompe ese refugio de cristal que te has construido, desde el que puedes ver el mundo pero no interactuar con él.

Por favor, no malgastes tu tiempo con excusas y temores.  Eres una persona adulta, responsable, valiosa y capaz. Vence esta contienda, porque tus miedos sólo están dentro de ti. Cada vez que les dejas ganar una batalla, crecen mientras tú menguas. Vuelve a tomar las riendas de tu vida, vuelve a ser el escritor de tu historia. Recuerda que tu destino es, y siempre ha sido, la libertad.


“El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar”

-Francisco de Quevedo-


Quiero dar las gracias a Cristina, de Te cuento de viajes, por prestarme una de sus garabatas para ilustrar el post. Este artículo forma parte de un reto llamado el viaje de la Blog-T-ella, al que yo me he unido con este artículo. 

La finalidad de este reto es hacer surcar esta botella por todos los blog posibles del océano de Internet. Por eso, si tú también quieres dar vida a una historia basada en la maravillosa ilustración de Cristina, no lo dudes y viajaremos juntos!

Comentarios

  1. ¡Me has emocionado tanto, Cristina! Leerte ha sido como estar escuchando a mi propio subconsciente susurrándome la historia de siempre, atándome de nuevo en esa botella de cristal que cada día lucho por romper... No sé que más añadir porque ya lo has dicho todo.

    Cuando te encuentras con reflexiones así piensas en la maravillosa persona que debe de haber detrás, en lo que ha tenido que vivir para describir con tanta franqueza algo tan difícil de gestionar y decir... Piensas en todo el trasfondo humano que se mueve dentro de ella y en la calidad de persona que debe ser. Creo que no me equivoco al decirte esto después de haberte leído tanto, pero wow, este texto me ha conquistado. Gracias por compartirlo y por ser tan maravillosa.

    P.D. Me encanta saber que tú también te has apuntado a la iniciativa de Te Cuento de Viajes.

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  2. Cristina Ballester Martínez5 de febrero de 2018, 12:16

    Buenos días Mar!! Yo, igual que tú, me siento completamente feliz con que una sola persona me lea y se sienta como tú describes gracias a uno de mis posts.
    No hay mejor manera de empezar una semana que emocionando a alguien, así que ya he cumplido mi objetivo gracias a ti!!

    Me alegro mucho de que te haya gustado y te agradezco enormemente que me dejes tus pensamientos en mi pequeño rincón. El reto era imposible no seguirlo!! En algo tan maravilloso hay que enrolarse sí o sí jajjajja.

    Un beso enorme!

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  3. Tus palabras siempre calan hondo. Pero...
    ¿Y si el miedo también es de valientes? valientes que se tiran al agua, de valientes que con miedo, se enfrentan a sus miedos... Tú eres una 😉.

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  4. Me ha encantado Cristina! Gracias por ste articulo...en el q en algún momento me he visto reflejada...
    Y si...los miedos siempre paralizan e impiden crecer...
    Me ha encantado!

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  5. Cristina Ballester Martínez5 de febrero de 2018, 13:35

    Mientras no sea un miedo incapacitante, y seas capaz de superarlo, el miedo no es malo. Nos ayuda a avanzar. Gracias por comentar! Un besote

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  6. Cristina Ballester Martínez5 de febrero de 2018, 13:36

    El miedo de por sí no es malo Isabel. Nos ayuda a crecer y a mejorarnos, siempre y cuando seamos capaces de vencerlo. Gracias por comentar! Un beso

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  7. Linda tocaya, lo primero es darte las GRACIAS por enrolarte conmigo en esta aventura creativa viajera :D no te imaginas cuanta ilusión me hace ver mi garabata acompañando tus letras :D . Una reflexión llena de verdades que me ha hecho recodar mi íntima relación con el miedo, él y yo nos conocemos desde hace exactamente 18 años. El miedo es una respuesta vital, biológica, fisiológica...que nos prepara literalmente para correr por si viene literalmente un león ;) ... el problema es cuando no hay leones, cuando los inventamos y son más bien dragones ficticios, de esos, que como bien dices llegan a paralizar, a incapacitar... Y sí amiga, solo hay una manera de vencer al miedo; atravesándolo ;) No puedo estar más de acuerdo con lo que escribes.
    Un millón de gracias Cristina por ayudarme con esta idea loca, pero bonita :D gracias por hacerla viajar :D Pronto anunciaré a los cuatro vientos que la blogtella se encuentra en tu preciosa bilborilla ;) Un abrazo inmenso cargado de energía espanta dragones ;) XXXOOO

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  8. Cristina Ballester Martínez5 de febrero de 2018, 20:26

    Bienvenida por aquí, Cristina!! Espero haberle hecho justicia a tu garabata con este post. Las gracias soy yo quién te las da, por haberme confiado uno de tus tesoros, y haberme permitido escribir con y para ella.

    Ojalá podamos hacerla surcar todos los mares y asentarse en miles de paisajes diferentes! Un abrazo enorme con o sin dragones!!! :D

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  9. […] y ha usado la garabata para ilustrar una interesantísima publicación en su blog titulada Preso de tu miedo  … ni se te ocurra perdértela. Haz clic en el título y abrimos la blogtella […]

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  10. ¡Hola, Cristina! Me paso por aquí para decirte que te he nominado al Premio Liebster Award ;) Creo que haces una labor estupenda con tu blog, que tienes una voz única para mostrar la realidad y analizarla, y que consigues conectar con tus lectores. Para poder ganarlo tendrás que contestar a las 11 preguntas que te he lanzado en mi artículo http://marpanzano.com/mi-primer-premio-liebster-award/ y nominar a otros 5 blogs. De todos modos, te dejo aquí las bases del concurso: http://liebsterawards.blogspot.com.es/p/reglas.html

    ¡Estaré deseando leer tus respuestas! ¡Un abrazo muy grande!

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  11. […] han visto como una botella con alma y sin etiqueta, hay quien ha sentido tu miedo al miedo, a la mala mar, a las olas, a los temporales… y hay a quien le recordaste las letras […]

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